Café con Sensei

Lava autos

El domingo leí este mail de un alumno que estaba bajo mi entrenamiento intensivo: “Sensei, esta semana, cumplí la misión de lavar los tres autos: Parati, Peugeot y Fiesta. Ahora también tengo la misión de tapar los hoyos de la Parati.” Hoy día ya no se ven más jóvenes lavando autos y mucho menos tapando los hoyos de un auto oxidado. En mi infancia también lavaba autos. Con agua, paño y jabón, hiciera frío, hiciera calor. Y aún los enceraba. En aquella época, la cera se llamaba Gran Prix. Esa parte era pesada. Ah, tenía que pasar un líquido en la parte cromada cuyo nombre no me viene a la memoria. El neumático, negrito. Auto perfumado y aspirado. Lo hacía todo. Masa para retocar la oxidación. Todo eso a los 13 años. ¡Yo no podía hacerlo de cualquier manera! Si lo hiciera mal hecho, al momento de venderlo tendría perjuicio. Te garanto que con este entrenamiento te saco el aliento.