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Café con Sensei

Pensamientos y comentarios del Sensei Jorge Kishikawa

09-ago-2018

Nagasaki

09 de agosto de 1945. Exactamente a la misma hora en que transcribo estas
las líneas, a las 11:02, explotó la bomba Fat Mansobre la ciudad portuaria
de Nagasaki.
Algunos días después Japón se rendía a las fuerzas aliadas y así se cerró una de las páginas más largas de sufrimiento en la historia del pueblo japonés.

Desde entonces, discusiones sobre la culpa de los generales japoneses por la guerra, discusiones sobre el rearme, sobre recordar o no a las víctimas de la guerra, y hasta cantar o no el Himno Nacional en las escuelas, surgen de vez en cuando.

Pero la verdad es que después de 73 años, sólo quien tuvo su casa cruelmente bombardeada, conoce la verdadera dimensión del dolor y la tragedia de una guerra.

Los samurais ya decían que hay que prepararnos para evitar la guerra...

Hagamos un minuto de silencio.

- Mokuto...

*Mokuto = reflexión silenciosa en memoria a las víctimas de una catástrofe.



"La destrucción de múltiples vidas

Escribo este texto ahora de noche. Ya hace algunas horas desde el terror que ocurrió en 1945 en Japón en Hiroshima. Está siendo difícil escribir, mis manos están temblando ante tanto horror que estoy recordando del museo de la Bomba Atómica en Hiroshima. Me acuerdo del vestido, de la bicicleta, del policía, y hasta de la niña que nació después del incidente y murió algunos años después de la leucemia a causa de la radiación. Todos ellos, ellas, plantas animales y signos de vida que desaparecieron, merecen ser recordados, voy a recordar ahora como una meditación en pro de todo eso.

Había una mujer que estaba teniendo su día cuidando de casa, probablemente pensando: ¿Cuándo terminará esta guerra? ¿Dónde está mi amado marido? En Manchuria, en China, nadie sabe…
He aquí que una luz rasga el cielo. El sol fue cubierto por la luz. Y esa luz quemó toda la piel de la joven. ¿Cómo sería posible? Dios me castigó por pensar en mi marido? Y ahí un viento caliente y fuerte se extiende destruyendo ventanas y paredes enormes como si fuera el portal del infierno abriéndose, los pedazos de vidrio cayeron y se clavaron en ella como látigos o lluvias de fuego. ¿O es cosa del demonio que apareció para arruinarnos?
Hoy la única cosa que quedaba de ella fue su vestido que estaba usando en el trágico día. Había manchas de sangre en el lateral y en la espalda.
Ella murió unos días después de que la bomba cayó.
“¿Fue Dios o el diablo quien me llevó? ¿Fue la luz de lo divino, o el viento diabólico que me derribó?”

No muy lejos había un niño que recibió un regalo de su padre. Era una bicicleta, era un presente para expresar amor del padre al pequeño niño de tres años. El padre estaba dentro de casa, el niño amando el regalo de corazón de su padre. Incluso con la guerra todavía existe una relación padre e hijo, que bueno ... Tal vez así pensaba el padre.
Un avión sobrevolaba y unos segundos después una fuerte luz se hizo. ¡¿Que es eso?!
Luego el viento caliente y devastador arroja al niño y lo mata.
El padre sobrevivió pero el niño murió la única cosa que restó aquel día fue la bicicleta, el padre cogió la bicicleta y la guardó como todo padre guarda los juguetes de sus bebés antes de llevarlos a la cama, pero esta vez ya no estaba mas el amor entre los dos, sólo un amor que fue brutalmente separado por una luz y un viento, así como una hoja de otoño es arrancada del árbol y llevada lejos.

En servicio, atento, bajo presión y por supuesto, viviendo una guerra en una ciudad que conocía mucho, un policía vigilante y listo para cualquier cosa. Oyó discursos sobre el poder de su nación regida por un emperador que era un Dios y los regía con toda sabiduría divina y que por eso no habría posibilidades de descansar porque estaban sirviendo a Dios.
Como si fuera una misión sorpresa la bomba cayó.
¡Una luz!
Un viento….
La destrucción…
¿Sería su emperador un Dios quien lo hizo a él?
¿Y su mujer que fin tuvo?
Él sabría más tarde que ella murió.
Sin entender bien, vio a personas que buscaban familiares y vecinos, reunió a algunos para ayudarle en el recuento de muertos, desaparecidos y vivos. ¿Sería eso lo más seguro a hacer? Después de tanto sufrir sin saber el destino de la esposa y todo herido, igual miró alrededor y vio que muchos pasaban por lo mismo o peor, entonces resolvió ayudarlos.
En su tarea tenía que anotar nombres de los desaparecidos y muertos, anotar el nombre de sus amigos que nunca más vería, anotar los nombres de los vecinos que murieron.

Después de toda esa confusión, brotes de esperanza nacen, una niña nació después de la tragedia, trayendo la esperanza de un futuro próspero.
Toda su infancia fue maravillosa, era hermosa querida, de buena familia era una flor!
He aquí que una leucemia la enfermó, la causa de la leucemia, la radiación. Toda aquella alegría que la pequeña traía se transformaba en la memoria del pasado tenebroso de algunos años. La muerte era cierta. Y sucedió cuando sólo tenía nueve años.
¿Qué es más terrible?
Una cosa inmediata que de repente te lleva todo?
¿O una esperanza que se ha convertido en tragedia causando un sufrimiento lento?

Ahora es de noche, pasaron setenta y tres años del acontecimiento, me imagino en una noche de aquella fecha.
Las estrellas están oscuras, los árboles sombríos, donde había objetos que desaparecieron sólo quedaron su sombra.

Veo cada figura, una mujer herida, un padre enterrando a su hijo, un agente persistente casi muerto pensando en el prójimo y una niña que intentó traer esperanza pero no lo logró.

Lo que espero, es que todos reconozcan que lo que hace setenta y tres años ha ocurrido todavía puede ocurrir hoy.

No hay mayor sufrimiento."

Yoshimitsu




Yoshimitsu - Entrenando en el Dojo en Japón

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