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Café con Sensei

Pensamientos y comentarios del Sensei Jorge Kishikawa

21-feb-2014

Lealtad

Lealtad es una de las raras virtudes hoy en día.
Tanto aquí como en Japón. Denominada de guiri (pero escrita ‘giri’),
estaba entre una de las virtudes que los samuráis no abandonaban ni por asomo.
Hoy, las personas no agradecen más y ni siquiera se acuerdan de la mano que les fue tendida
cuando necesitaban. Estamos en el mundo de los ingratos.
Cómo una observación más, he percibido que, la mayor parte de la veces, la ingratitud y
falta de lealtad vienen acompañadas de la falta de educación, posiblemente por no haber tenido un
padre o madre de principios que les enseñara lo que habría de ser hecho.
Lo que nos interesa es reflejarnos en ejemplos, que a pesar de raros, existen.
Este es el caso de este alumno, cuya carta me fue enviada junto con su Primitivo di Manduria,
el inicio de este año.
Aunque no venga a entrenar hace casi 4 años, debido a motivos profesionales, viene
religiosamente a cada año, a desearme un Feliz Año Nuevo. Una raridad digna de
nota seguramente habría sido anotada por Yamamoto Tsunetomo (1659 – 1719) en su
Hagakure, cuando los samuráis, tal como en el mundo en que vivimos, habían perdido sus
valores.
Reinició sus entrenamientos y, ayer, después de la clase, vinimos a la
administración a tomar un vino y a cenar. Vino: Luca Malbec. Cena: Pizza.
Hablamos de diversos asuntos, empezando con una buena carne hasta llegar a lo que importa:
Buhido. Virtudes.
Y fue cuándo me reveló lo cuanto los valores, como la Lealtad, le hicieron un
‘samurái’ exigido por todos que le conocían, desde invitaciones de su propio grupo
a ir a Nueva York o Dubai, hasta invitaciones de grupos concurrentes.
Este alumno, de pocas palabras y discreto, es una prueba de que vale la pena que te esfuerces
en no querer sobresalirse, y lo principal: en tener Lealtad, al contrario de manchar su imagen por
algunos trocados o en beneficio propio.
Delante de este facto, puedo decir que tengo surte de tener algunos buenos alumnos.
Pero, antes de concluir, pido permiso para que yo haga una observación:
-Estamos en el siglo 21. Este es un mundo globalizado dónde todo se conecta.
Leal o traidor, un día su reputación será conocida. Entonces, vete para adelante.




Transcrição da carta:

Transcripción de la carta:


Sensei,


Shitsurei Shimassu.

Me acuerdo de la primera vez que tuve contacto con el Instituto Niten. Aceptando la invitación de un
amigo, fui a ver una clase de kenjutsu y, por casualidad, era un entreno de
iaijutsu. Ya que estaba allí, no me gustaría perder la oportunidad de apreciar el entreno.
Observando atentamente los sempais pujando los katas con energía y convirtiendo en un
único y elegante movimiento, me quedé en estado de shock y, durante este movimiento, percibí que mi
corazón era Iai y era esa la arte que quería hacer.

El Instituto Niten me proporcionó grandes momentos, gracias al compañerismo y
respecto de los colegas y de los sempais; Los valores predicados y, principalmente, por los Momentos
de Oro con Sensei. Y fue en una de esas oportunidades, cuándo tuve el honor de conversar
con el Sensei que aprendí una gran lección (#). Confeso que, aunque haya reflexionado
sobre el asunto, no tuve madurez para comprender el real significado.

El tiempo pasó y, por motivos profesionales, fui obligado a distanciarme de los entrenos, pero
siempre llevaba conmigo los buenos momentos y enseñanzas de Sensei. En una cierta ocasión
enfrentaba una gran batalla, durante la cual me vi cercado y casi sin alternativas para
proseguir, cuándo me acordé de aquella enseñanza (#) que en la época no había
comprendido, pero que ahora venía con una grande luz, haciendo con que repensara mis estrategias.

Sé que el camino es longo y tengo mucho que aprender, pero seguramente sé quién soy y
que lo soy gracias a lo que he aprendido (#), y por todo eso agradezco profundamente a Sensei por las
enseñanzas y por la oportunidad de mostrar el Iai y todo el beneficio que obtuve.

Domo Arigatou Gozaimashita
Márcio hiroshi Kikuti

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