Café con Sensei

Musashi, el perro

El tiempo pasa y no nos da tregua. A pesar de eso los recuerdos no mueren. Uno de ellos está presente en estos versos de nuestros alumnos:

Konintiwá Coen Sensei Yoroshiku Onegaishimassu ! Quiénes le escriben son Wenzel y Sidharta del Instituto Niten! Con el ‘Café” de Sensei de ayer sobre el templo Bushinji nos vino a tono el paso de Musashi, el Akita, que además de acompañarla por tantos años a charlas, meditaciones, …nos acompañaba aún hasta en nuestros entrenos de Kenjutsu en el salón del templo en el barrio Liberdade. Al lado de la puerta, permanecía acostado sereno en medio a gritos y golpes, y celaba con una mirada fuerte a quién quisiera pasa y traer rabia o demasiado convencimiento al Dojo. Le contamos a Sensei que leímos juntos el relato sobre la muerte y la vida del Akita Musashi en su site y nos emocionamos. Nos vinieron las ganas de hacer una prece por Musashi en forma de este mensaje. Había diez años que entrenábamos juntos en el templo y Musashi era un personaje marcante de la época, que transformó en un recuerdo mágico: Sucesos y hasta los nombres hacían paralelos y sobreposiciones que descreen la existencia de coincidencias y transforman la vida en una experiencia fantástica y vibrante. Musashi, el perro, como nuestro maestro samurái: Musashi Sensei. Musashi Sensei está vivo entre nosotros a través de la práctica de sus katas, sus escritos y su memoria y, la práctica de aquellos años mantiene viva también la energía de Musashi, el perro. Cuando nos acercábamos a Musashi, era cuando usted pasaba por el salón de entreno: a nosotros que estábamos de BOGU, con shinais en puño, prácticamente en medio al “living” del templo, ¡las presencias Suya y de Musashi nos inspiraban cuidado, cautela, respeto, el SHINCHO, el control, la precaución, el TSUTSUSHI!, estos términos que Sensei nos enseña en los Momentos de Oro. Musashi siempre estaba allá y ayudaba a despertar estos sentimientos en nosotros. ¡Cómo nos ayudaba! Perro de maestro. Hoy es en estos campos que Musashi pasea en nuestro espíritu. Arogato gozaimashitá a usted Sensei Coen y al bello y blanco fuerte Akita Musashi. Wenzel Bohm y Sidharta Rezende