Café con Sensei
Pensamientos y comentarios del Sensei Jorge Kishikawa
Hidensho 33 Una vivencia extraña
Tradução Café con Sensei do dia 16 de Mayo de 2013: Garrido- Chile
“Me gustaría resaltar algunos momentos que fueron especiales durante un entrenamiento con Sensei. Pero antes, me gustaría decir lo que más me impresiono del entrenamiento
El salón de Hokkaido estaba ocupado por los preparativos de un evento y tuvimos que entrenar en la salón superior. Ahí, el techo es bajo y hay soportes para puertas correderas llegando la altura apenas a 2 metros y algunos centímetros. En este ambiente es más difícil luchar con espadas largas, ya que los movimientos encima de la cabeza son reducidos.
Cuando estaba colocando bogu, Sensei me ordenó que utilizase solo Kodachi (espada corta).
Comenzamos a luchar, yo con kodachi utilizando Kamae Chudan (con la punta apuntando hacia el oponente) y Sensei con Nito (dos espadas) utilizando Gedan (con las puntas hacia el suelo). Recuerdo a Sensei aplicando muchos Tsukis (estocadas) y Mens (golpe a la cabeza). Intenté defenderme pero la versatilidad de las dos espadas se mostró extremadamente eficiente – cuando defendía Men o Tsuki mi antebrazo quedaba expuesto y entonces Sensei me cortaba con la espada corta.Fueron numerosos kotes (antebrazo) que recibí de Sensei y buscaba alguna forma de romper esa secuencia de dos golpes con dos espadas.
Debía haber una forma de defender con kodachi sin dejar expuesto el antebrazo y sin retroceder innecesariamente.
A veces, cuando entreno con Sensei me veo en un callejón sin salida, por ejemplo, ese en que intenté varias formas distintas de ataque y contra-ataque y simplemente no encontré una brecha, una salida, donde Sensei con una combinación de golpes similares parece conseguir siempre abatirme con facilidad. Yo procuro aplicar golpes simples, amplios y directos.
Se que si intentase alguna finta, si utilizase algún artificio para conseguir acertar algún golpe, sólo va a resultar en una derrota más rápida o en un golpe no sincero.
Por otro lado, se que un golpe simple va a ser fácilmente apartado y cortado por Sensei. Pero creo que en ese momento, en que intentamos aplicar un golpe con toda nuestra energía, y que claramente demostramos el golpe, es cuando más aprendemos en combate, puesto que se puede ver como Sensei defiende y corta y se puede entender mejor el momento de la lucha.
Y fue cuando intente aplicar golpes con toda sinceridad y energía que la lucha ganó otra dimensión, otra sensibilidad y atmósfera. Encuentro que Sensei siempre proporciona la oportunidad de luchar de esta manera y depende de nosotros abrir nuestro corazón y luchar con coraje y sinceridad.
Más que nunca, sentí que estábamos empuñando espadas de verdad, que vencer no era el objetivo ni mío ni de Sensei, sino que cortar. Encontrar una manera precisa y limpia de cortar al adversario. Por más extraño que pueda parecerle a algunos, veía mucha felicidad en Sensei, una energía radiante y contagiosa de alegría en lo que estábamos haciendo, y aún siendo cortado de diversas maneras y sintiéndome incapaz de superar la montaña en frente mío, también sentía felicidad.
En el entrenamiento de viernes pude entender un sentimiento que tal vez solo los samuráis sintieron, de conseguir limpiar el alma de toda energía negativa, de toda voluntad de vencer, de todo ego, toda rabia, ira, de todo miedo. Tener a alguien delante listo para cortar, y sin embargo, sentir solo mi corazón latir. El cuerpo parece obedecer rápido a los impulsos y el único fin es dejar al espíritu fluir – aplicar un golpe con toda sinceridad. Y en algún momento, encontré una salida. Con la punta de mi kodachi para abajo, desvié la espada larga para afuera del centro, mantuve mi antebrazo bajo, lejos del alcance de la espada corta y en un movimiento amplio y circular lleve mi espada por sobre mi cabeza y después baje en dirección al Do (flanco) izquierdo de Sensei. Fue un golpe con mucha energía, verdadero.
Pero fue sólo ese. La lucha recomenzó y Sensei rápidamente también en un golpe circular cortó mi Do del lado derecho. Me dijo que estábamos empatados, yo había dado un Do y Sensei también. Comenzó nuevamente la lucha y algo me decía que Sensei intentaría nuevamente un Do. Y acertó. Y Otra vez, Y uno más. Y una más. Fueron cinco. Aún sabiendo que el golpe iría a Do simplemente no conseguí defender ninguno. Fueron todos sinceros, limpios, perfectos. Quedé un tanto espantado y sentía mi alma traspasada.
Entonces Sensei, con una sonrisa, me dice: “ Es Hidensho”.
Meloni (Unidad de Sumaré)
Cuando el entrenamiento está exento de sentimientos impuros como la búsqueda de graduaciones, trofeos o reconocimiento, se puede disfrutar, en plenitud, la esencia del Camino. Es necesario tiempo y corazón sincero para vivir esta experiencia.
Tan sincero que ni un solo cabello esta permitido en la mente de un aprendiz de espada..
Lo que vemos arriba es el registro de un momento entre un maestro y un discípulo, que aún sin palabras, pueden “conversar sobre el Camino.
Vivir esta experiencia es algo raro hoy en día: Faltan maestros componentes y discípulos sinceros…
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